La
demanda de personas para prostitución
(se trate de niñas,
mujeres, travestis/trans, etc.)
es el factor principal vinculado a la
Trata
con fines de explotación sexual,
y lo que perpetúa este delito.
La Trata
existe porque hay una cultura
y un
sistema prostituyente legitimado y normalizado.
El 23 de septiembre se celebra el Día internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Mujeres, Niñas y Niños, establecido por la Conferencia Mundial de la Coalición Contra el Tráfico de Personas, y en coordinación con la Conferencia de Mujeres (enero de 1999 en Dhaka, Bangladesh). La elección de la fecha no fue al azar: un 23 de septiembre (de 1913, en Argentina) se sancionó la Ley 9143, conocida como “Ley Palacios”, primera Norma Legal en el mundo destinada a luchar contra la explotación sexual.
Desde hace algunos años, varias agrupaciones impulsaron la semana “Se trata de NO + Trata”, del 23 al 30 de septiembre, en donde se busca visibilizar y prevenir el flagelo de la Trata para prostitución mediante acciones artísticas, sociales y culturales.
Según la Organización de las Naciones
Unidas, la Trata de
personas es el segundo negocio ilícito más rentable en el mundo, después del
tráfico de drogas y seguido por el de armas.
…la trata de personas, analizada en el contexto del derecho internacional, ha estado históricamente ligada a la violencia, la esclavitud y la prostitución. La mayor parte de la prostitución, tal y como se practica actualmente en el mundo, suele reunir los requisitos para que pueda considerarse trata (ACNUDH, 2006, punto 42).
En la teoría, Trata y Prostitución son cosas distintas, pero en la realidad, son dos caras de una misma moneda, porque la demanda de personas para prostitución (se trate de niñas, niños, mujeres, travestis o feminidades trans) es el factor principal vinculado a la Trata… Y la demanda crece, porque la Pornografía es el marketing, la propaganda, y está al alcance de cualquiera en 2 click’s. La pornografía es prostitución filmada, y desde los ’80 fue –y es– la entrada masiva al mundo de la prostitución.
La Trata
es una cuestión de Demanda y Oferta:
hay muchos hombres queriendo pagar para “tener sexo”, y MUY POCAS mujeres
dispuestas a ingresar al circuito prostituyente.
(En realidad, en lugar de ‘tener sexo’ deberíamos decir “ABUSAR
sexualmente”, porque en la prostitución no hay “deseo mutuo”, sólo de quien
paga).
Las Redes de Trata son las que se ocupan de ese faltante de personas para prostituirlas, y las buscan o las captan en los lugares más empobrecidos, en los sectores sociales más vulnerados. Las tácticas y modalidades mayoritarias, al contrario de lo que se piensa, no son el rapto o secuestro, sino el engaño, la manipulación, y un “trabajo fino” que va enredando cada vez más a sus víctimas, al punto tal que muchas veces no son conscientes de ser ‘víctimas de trata’ (esto lo relatan muchas de las sobrevivientes, como Sonia Sánchez, Alika Kinan, Florencia Guimaraes, Amelia Tiganus, y tantas otras).
La periodista Kajsa Ekman, autora de “El Ser y la Mercancía”, dijo: pensemos
que, si cada vez que abriera un prostíbulo hubiese una cuadra de mujeres
queriendo estar allí, no habría necesidad de traficar mujeres desde otros
lados. ¿Para qué van a ir a países pobres engañando a chicas, pagando los
pasajes, alquileres…? No tiene sentido. Eso tiene un costo. Si eso se hace, es
porque hay más demanda que oferta, y porque las ganancias son infinitamente
superiores a ‘la inversión’.
Por otro lado, allí donde se legitima o se regula la prostitución, crece la trata, sin excepción… porque cuando hay una industria legalizada, la trata tiene dónde esconderse (esto sucedió siempre, desde principios del siglo XX, e incluso antes).
Muchos varones consumidores de prostitución, creen que se darían cuenta si la mujer está allí contra su voluntad… En su imaginario, la mujer traficada es la que está atada, encadenada, tirada en una cama… y esto casi nunca es así, es un autoengaño (para seguir pagando por penetrar y violentar sexualmente a otras personas sin culpa ni remordimiento), pero además, lo cierto es que a la mayoría no le interesa ni le preocupa saberlo, NUNCA se preguntan si esa persona está ahí porque quiere o si es víctima de trata.
Pensemos que, en un mundo
donde cada vez es más fácil encontrar personas para tener un encuentro sexual casual consensuado (sea con mujeres,
travestis, varones), cada vez más varones deciden recurrir a la prostitución,
siendo que –incluso– hay Apps de Encuentros para poder tener sexo sin pagar... ¿Cómo se explica esto?
Simple: la prostitución no es cuestión de “sexo”, ni de “sexualidad”, sino de poder,
de uso
y abuso –sexual– de cuerpos feminizados a
disposición del deseo masculino; se trata de
sometimiento, de placer por dominar (lo cual, como
dice Enrique Stola, son modos de validar lo que es “Ser Macho” en este momento
histórico, donde patriarcado-capitalismo-racismo se entrecruzan).
La diferencia entre Trata y prostitución,
es la vieja distinción entre víctimas
decentes (e inocentes), y “putas”;
es como culpabilizar a algunas: “Está ahí
porque quiso”, “nadie la obligó ni le puso un arma en la cabeza”… Pero no
hace falta hacer distinción entre las mujeres, porque para el varón prostituyente no hay ninguna
diferencia: no le importa si ella está ahí para poder comer, o porque
toda su vida fue violada o abusada, o si la tienen amenazada…
“Si sabés que ella no quiere tener sexo
con vos, no tengas sexo y punto!”
Además, ninguna mujer va a decir que es víctima de trata, porque están amenazadas (ellas y sus familias)… Y la mayoría, ni siquiera se reconocen como víctimas de trata, no son conscientes de su esclavización ni de su explotación, por tanta violencia y terrorismo psicológico ejercido sobre ellas.
Por otro lado –y para
ir cerrando–, me resulta interesante el
discurso pro-prostitución (pro-explotación sexual), los artilugios discursivos con el cual logran
convencer a tanta gente 'progresista' para que no vean el aspecto neoliberal, patriarcal y neo-esclavista
de la explotación sexual de mujeres, travestis, trans, niñas y niños…
Durante varios años, trabajé ad-honorem en una asociación civil que lucha contra la trata, y acompaño a sobrevivientes de trata y prostitución, como así también a familiares de quienes fueron víctimas de estas redes… Escuché y aprendí muchísimo... NO de libros ni de papers académicos, sino de ellas, de las sobrevivientes, de las madres y familiares de pibas que fueron víctimas de Trata para prostitución, y también de activistas que rescataron pibas de prostíbulos, de profesionales que escucharon las historias terribles de lo que allí sucede –contadas por las pibas–… Sé lo que es el mundo real de los prostíbulos, de los privados, de la prostitución callejera; sé lo que pasa tras bambalinas, sé también de las organizaciones “pro-trabajo sexual” (conozco la historia y a muchas de las fundadoras del supuesto 'sindicato', y hoy son todas sobrevivientes, NINGUNA considera la prostitución como “trabajo”, luchan contra la explotación sexual y por la abolición del sistema prostituyente), sé qué se propone el pretendido ‘Sindicato’ que quiere imponer el concepto de “trabajo sexual” (lo cuentan las pibas y mujeres que estuvieron en prostíbulos), sé también de los fondos que el ‘lobby pro-proxenetismo’ inyecta en universidades e institutos, sé que financian a muchxs intelectuales y becarixs para escribir, para fundamentar discursivamente la figura de “trabajo sexual” y en favor de los proyectos de reglamentación, regulación, o des-criminalización (cambian el nombre, pero es lo mismo)…
…Y déjenme repetir, para quienes lo pasaron por alto, y aún sostienen que prostitución y trata son cosas distintas: lo sabemos de parte de pibas y mujeres víctimas de Trata que escaparon –o las rescataron– DE PROSTÍBULOS (VIP's y de otros; la gran mayoría, rescatadas de prostíbulos "comunes y corrientes", de locales “habilitados”, aún cuando están prohibidos por ley)...
Sí, la definición del diccionario es distinta,
pero el mapa no es el territorio: en
la práctica, NO hay manera de
diferenciar Trata de Prostitución. Y es ESO,
precisamente, lo que se busca con la reglamentación: que se legalice el proxenetismo, para convertirlo en una industria legal de la explotación
sexual, y darle una apariencia de “Negocio” y de “Trabajo” como cualquier otro.
Espero que, como sociedad, no nos dejemos engañar. Vienen por las jóvenes y niñas; 'vienen por nuestras hijas, nietas y bisnietas'.
Diego S. Gómez
Bibliografía:
- Ana A. Chávez & Sonia Sánchez: “¿Qué te indigna? Trata de personas con fines de explotación sexual”. (Ed. La antorcha, 2013)
- Ana de Miguel: “Neoliberalismo Sexual. El Mito de la libre elección” (Ed. Cátedra, 2015)
- Kajsa Ekis Ekman: “El Ser y la Mercancía. Prostitución, vientres de alquiler, y disociación” (Ed. Bellaterra, 2015)
Comentarios
Publicar un comentario